Discerning What We Store / Discernir lo que Guardamos

The seasons continue to change and turn. As the fall and winter holidays begin to dominate the secular scene, Catholics take a rather different approach to their arrival. In our Gospel, Jesus challenges the crowd to consider how focused they are on material items. When they have something they value, what do they do with it?

In this parable, Jesus offers a glimpse into the mind of a wealthy man who has run out of space to store the bountiful harvest he has accumulated. An inward looking man, he tears down the barns he already has in order to build larger ones to hold his substantial wealth. But, in a sudden twist, God takes the man’s life and all the things the man planned to enjoy were swiftly taken from him. Nothing he had acquired would travel with him beyond death. 

What was the alternative option the man could have chosen? Instead of building larger barns, where else could that surplus have gone? To others, of course! The man could have assisted the poor, he could have supported other farmers who did not have as bountiful a crop, he could have sold the surplus and donated the proceeds or invested in his community, he could have simply had a large banquet to celebrate with friends and relatives the blessings they had collectively been given. He could have expanded his heart and capacity for love by building and sustaining relationships. 

Jesus is not saying wealth is bad, nor is He advocating that saving items of sentimental value is unnecessary. However, we ought to keep in mind the perspective that nothing we can hold in our hands today will come with us to heaven (even Christmas decorations).

That being said, as you begin to rummage through your storage bins and cardboard boxes to pull out various seasonal decor, perhaps this is an opportunity to consider why you have what you have. Is it time to let some of these decorations bless someone else? Again, I do not believe Jesus is advocating we purge everything. But are 12 pumpkins necessary to celebrate Halloween or Thanksgiving? Maybe, but maybe not. Everyone will have a different answer depending on available space, need, and level of attachment. Nevertheless, the exercise of purposefully considering why we have what we have and how these items are helping us grow closer to Christ is worthwhile for all of us.

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Las estaciones siguen cambiando y girando. A medida que las fiestas de otoño e invierno comienzan a dominar la escena secular, los católicos adoptan un enfoque bastante diferente para su llegada. En nuestro Evangelio, Jesús desafía a la multitud a considerar cuán centrados están en los bienes materiales. Cuando tienen algo que valoran, ¿qué hacen con ello?

En esta parábola, Jesús ofrece un vistazo de la mente de un hombre rico que se ha quedado sin espacio para almacenar la abundante cosecha que ha acumulado. Un hombre introspectivo, derriba los graneros que ya tiene para construir otros más grandes para guardar su riqueza sustancial. Pero, en un giro repentino, Dios le quita la vida al hombre y todas las cosas que pensaba disfrutar le fueron rápidamente arrebatadas. Nada de lo que había adquirido viajaría con él más allá de la muerte.

¿Cuál era la opción alternativa que el hombre podría haber elegido? En lugar de construir graneros más grandes, ¿a dónde más podría haber ido ese excedente? ¡A otros, por supuesto! El hombre podría haber ayudado a los pobres, podría haber apoyado a otros agricultores que no tenían una cosecha tan abundante, podría haber vendido el excedente y donar las ganancias o invertirlas en su comunidad, podría simplemente haber tenido un gran banquete para celebrar con amigos y familiares las bendiciones que habían recibido colectivamente. Podría haber expandido su corazón y su capacidad de amar construyendo y manteniendo relaciones con los demás.

Jesús no está diciendo que la riqueza sea mala, ni está proponiendo que ahorrar objetos de valor sentimental sea innecesario. Sin embargo, debemos tener en cuenta la perspectiva de que nada de lo que podamos tener en nuestras manos hoy vendrá con nosotros al cielo (ni siquiera las decoraciones navideñas).

Dicho esto, cuando comiences a buscar cosas en tus contenedores de almacenamiento y cajas de cartón para sacar varias decoraciones de la temporada, tal vez esta sea una oportunidad para considerar por qué tienes lo que tienes. ¿Es hora de dejar que algunas de estas decoraciones bendigan a alguien más? Una vez más, no creo que Jesús esté proponiendo que regalemos todo. Pero ¿son necesarias 12 calabazas para celebrar Halloween o el Día de Acción de Gracias? Tal vez, pero tal vez no. Cada uno tendrá una respuesta diferente según el espacio disponible, la necesidad y el nivel de apego. Sin embargo, el ejercicio de considerar de manera deliberada por qué tenemos lo que tenemos y cómo estos objetos nos ayudan a acercarnos más a Cristo vale la pena para todos nosotros.

Comunicarse con la autora

Kate Taliaferro is an Air Force wife and mother. She is blessed to be able to homeschool, bake bread and fold endless piles of laundry. When not planning a school day, writing a blog post or cooking pasta, Kate can be found curled up with a book or working with some kind of fiber craft. Kate blogs at DailyGraces.net.

Feature Image Credit: SHVETS production, pexels.com/photo/pile-of-cardboard-boxes-scattered-on-floor-during-relocation-7203788/