In the Bible, Jesus tries to share with us many ways to enter His Kingdom. In today’s Gospel, He tells his disciples again, seemingly frustrated, how to grow stronger in their faith: “Take care what you hear.” What are we hearing nowadays? What fills our thoughts and regulates the way we spend our days and live our lives? Does what we hear take us away from God or bring us closer?
I thought that “the measure with which you measure will be measured out to you” meant that if I judge someone, I, too, will be judged the same way. Matthew explained it that way (see Mk 7) but Mark gives us a different understanding. Jesus was trying to say that if we listen to His voice and do what He asks of us, He will give us more – more wisdom, more knowledge, more graces, and more strength to continue to follow Him.
So, what fills your thoughts and actions every day? Are you taking the time to listen to the Lord? I can read my Bible daily, say my daily prayers, and attend daily Mass, but am I truly listening for His voice and responding or just going through the motions?
I recently heard a podcast about why Jesus was asleep in the boat during the storm while His disciples became frantic and couldn’t understand He was sleeping. They woke Him, and the storm immediately stopped. Did they not think to awaken Him when the storm first started? Perhaps Jesus stayed asleep because He was waiting for them to come to Him. Each of us is capable of listening to and doing the will of God. His wisdom is transformative, inspires hope and guides our actions. “Seek ye first the Kingdom of God.”
As I was reflecting on this passage, I was taken aback. Do I ask for his help first? Our human instincts lead us to want to solve the problem ourselves. We feel satisfied in seeking the solution. We pridefully take ownership of the process and the outcome. But is that the narrow path that God wants us to take? It feels like we often take the Interstate, a six-lane highway that we know all too well.
The Lord is asking me to be a lamppost, to allow my faith to shine for all, not simply be a flashlight shining on my own face (which, quick frankly, is blinding). I have a little replica of a lamppost on my desk to remind me each day of my calling. Like you, I want to hear the Lord daily, walk the narrow path, and be His voice. Let’s wake Him up right now.
En la Biblia, Jesús intenta compartir con nosotros muchas maneras de entrar en su Reino. En el Evangelio de hoy, Jesús, aparentemente frustrado, vuelve a decirles a sus discípulos cómo fortalecer su fe: “Pongan atención a lo que están oyendo.” ¿Qué estamos escuchando hoy en día? ¿Qué llena nuestros pensamientos y regula la forma en que pasamos nuestros días y vivimos nuestras vidas? ¿Lo que escuchamos nos aleja de Dios o nos acerca?
Pensé que “La misma medida que utilicen para tratar a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes” significaba que si juzgo a alguien, yo también seré juzgado de la misma forma. Mateo lo explicó así (ver Mc 7), pero Marcos nos da una interpretación diferente. Jesús estaba tratando de decir que si escuchamos su voz y hacemos lo que nos pide, Él nos dará aún más: más sabiduría, más conocimiento, más gracias y más fuerza para continuar siguiéndolo.
Entonces, ¿qué llena tus pensamientos y acciones todos los días? ¿Estás tomando el tiempo para escuchar al Señor? Puedo leer mi Biblia todos los días, decir mis oraciones diarias y asistir a misa todos los días, pero ¿estoy realmente escuchando Su voz y respondiendo o simplemente lo hago por inercia?
Hace poco escuché un podcast sobre por qué Jesús estaba dormido en la barca durante la tormenta mientras sus discípulos se ponían frenéticos y no podían entender porque estaba durmiendo. Lo despertaron y la tormenta paró de inmediato. ¿No pensaron despertarlo cuando recién comenzó la tormenta? Tal vez Jesús se quedó dormido porque estaba esperando que ellos vinieran a buscarlo. Cada uno de nosotros es capaz de escuchar y hacer la voluntad de Dios. Su sabiduría es transformadora, inspira esperanza y guía nuestras acciones. “Busquen primero el Reino de Dios”.
Al reflexionar sobre este pasaje, me quedé desconcertada. ¿Yo le pido su ayuda primero? Nuestros instintos humanos nos llevan a querer resolver el problema nosotros mismos. Nos sentimos satisfechos al buscar la solución. Nos apropiamos orgullosamente del proceso y el resultado. Pero ¿es ese el camino angosto que Dios quiere que tomemos? Parece que a menudo tomamos la carretera, una autopista de seis carriles que conocemos demasiado bien.
El Señor me pide que sea un poste de luz, que permita que mi fe brille para todos, no que sea simplemente una linterna que alumbra mi propio rostro (que, francamente, es cegador). Tengo una pequeña réplica de un poste de luz en mi escritorio para recordarme cada día de mi llamada. Al igual que tú, quiero escuchar al Señor todos los días, caminar por el camino angosto y ser su voz. Despertemos a Jesús ahora mismo.
Marti Garcia’s passions are her retired life and growing deeper in her Catholic faith. Marti is a Sacristan/EM, facilitates small groups, and assists as a First Communion Catechist for parents. Being a parent educator and writer for 35 years, she recently published a children’s chapter book on Amazon, The Ladybugs. You can find her at her blog: MartiGarcia.org, or thewaterisshallow.com, or her cohost podcast, findingacommonthread.com, which is coming soon.
Feature Image Credit: Egor Kamelev, https://www.pexels.com/photo/photo-of-lamp-post-1717212/
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